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Cómo preparar un manuscrito para su publicación.

Actualizado: 27 feb 2020


Cuando pensamos en publicar un libro, nos entran mil dudas. Está claro que el proceso más difícil es escribir el libro; enfrentarse a ese folio en blanco y a esa creatividad que aparece cuando le viene en gana. Pero, ¿y cuándo el libro ya está listo para ser publicado?





- Lo primero es REVISAR DE MANERA ORTOGRÁFICA todo el manuscrito.



Si los editores, sean de grandes o pequeñas editoriales, reciben un manuscrito con faltas de ortografía, por muy buena que sea la obra, esta será descartada. Automáticamente.

Para ello, hay que dedicar muchas horas de nuestro tiempo en revisar una y otra vez el manuscrito. Cada vez que lo revisemos, sacaremos errores nuevos y podremos solventarlos. Pero mi consejo es que cuatro ojos ven más que dos, por lo que aconsejo que el manuscrito sea revisado por otra persona aparte del autor.

Cuando ya hemos leído nuestra obra tantas veces que podríamos recitarla de memoria, nuestra mente no es consciente de algunos errores. Los pasa por alto y no es para nada objetiva.

Algunos autores contratan servicios exclusivos de corrección ortográfica e informes de lectura. Con esto, se hacen una idea general de su obra y de cómo puede encajar en el mercado.


- Lo segundo es REGISTRAR LA OBRA.


Algunas editoriales dirán que no es imprescindible registrar una obra antes de mandarla, pero si nos queremos ahorrar posibles problemas de plagio o edición de nuestra obra, mi consejo es poseer todos sus derechos.


Existen varias formas de registrar una obra, pero os contaré dos de ellas (las que yo he usado para mis dos libros publicados).

Por un lado, podemos hacerlo de manera online mediante Creative Commons. Esta forma de hacerlo, a parte de ser rápida, es gratuita. Cuando se sube el archivo de la obra y se especifican los derechos que se quiere poseer, el registro es automático. El resguardo es tener el registro en la plataforma, aunque quién quiera puede también pedir un certificado (recomendable), que son unos 14 euros. Nada en comparación a perder el control de nuestra obra.


Por otro lado, se puede asistir de manera física al Registro de la Propiedad Intelectual de nuestra ciudad. En mi caso, me presenté en el de Madrid Capital ( Calle de Sta. Catalina, 6) con el manuscrito impreso y encuadernado y sin cita previa. Tardé un total de 20 minutos en registrar la obra y tuve que pagar en efectivo unos doce euros.


Si creo que este paso es vital es porque no podemos permitir la remota posibilidad de que todo el trabajo de meses o años desaparezca por no haberle dedicado un rato mínimo un día. Además, las editoriales valoran que un manuscrito tenga derechos; al final eso demuestra compromiso por parte del autor y es un punto a favor en la imagen global de la obra.



- Es hora de ELABORAR EL MANUSCRITO Y DARLO FORMA.


No intentes ser original. Muchas veces, en la sencillez está el gusto.

Lo más importante es que no haya un festival de tipografías, es decir, que mantengamos la misma durante todo el libro y cambiemos de tipografía en elementos especiales como títulos, citas o pies de página. Aún así, yo recomiendo que haya máximo dos porque sino el manuscrito no queda uniforme. Los editores leen muchísimos manuscritos día tras día y hay que ponerles fácil esa lectura. Si nosotros adornamos demasiado el manuscrito, no conseguirán concentrase en la obra y no acabarán de leerlo.


Las tipografías más comunes, pero también más legibles, son estilo Times New Roman o Arial. Esta es más grande por lo que yo recomendaría tamaño 11 Times New Roman en 12.

El interlineado doble permite mejor lectura, pero si la obra es extensa nos valdrá uno de 1,5.

Volviendo a la primera impresión que se lleva el editor al ver el manuscrito, es muy importante que el texto esté justificado; sino parecerá un boceto sin terminar.

Los márgenes deberán ser de 2 o 2,5 para dejar un espacio a los comentarios del editor (en el caso de que los haya).


Suelen pedir que el formato del documento sea en Word, por lo que aquí será importante tener registrada la obra. Aunque en ocasiones permiten enviarlo en PDF.


- Un extra es ESCRIBIR UNA CARTA DE PRESENTACIÓN.


Si quieres destacar entre los miles de escritores que envían manuscritos cada día, una carta de presentación adjunta en el correo puede ser muy buena idea.


¿De qué consta una carta de presentación?

Como su nombre indica es un documento que te permite presentarte y, en este caso, venderte a ti y a tu producto ante una editorial. El contenido más común que contiene una carta de presentación es:

-Nombre y apellidos.

-Estudios.

-Experiencia laboral.

-Anteriores publicaciones (en el caso de que las haya).

-Motivaciones a la hora de escribir.

-Objetivos.

-Resumen o argumento de la obra.


Pero si se quiere destacar de verdad, habrá que salir de las líneas impuestas y hacer algo diferente. Por ejemplo, la carta de presentación puede ser un poema donde se cuente todo lo anterior; o puede ser un relato en el que se hable de uno mismo como si fuese la descripción de un personaje ajeno. Aquí ya entra en juego la creatividad de cada uno.


Mis consejos son que no ocupe más de una hoja de extensión (así se consigue una visión general de la carta con solo un vistazo) y que no se adule mucho a la editorial en cuestión. No les suele gustar y no es lo que nos interesa contar. El espacio es limitado y hay que aprovecharlo para contar todo sobre nosotros y nuestra obra.


Por último, si la editorial no exige el manuscrito completo, yo sugiero envíar un par de capítulos (uno del principio y otro de la mitad del libro) para que se hagan una idea y quieran leer más. En esta ocasión, debemos ser inteligentes y envíar los capítulos que más nos gusten, los que mejor escritos estén o los que tengan más trama argumental. Y acompañarlos de una sinopsis de la obra y una biografía del autor.


¡AHORA OS TOCA A VOSOTROS DEJAR VUESTRO MANUSCRITO PERFECTO!

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