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"AYER NO TERMINA NUNCA" Y LA PELÍCULA PARECE SER QUE TAMPOCO

  • Writer: María Vaquero
    María Vaquero
  • Dec 15, 2013
  • 2 min read

"Ayer no termina nunca", de la conocida directora española Isabel Coixet, es un drama difícil de digerir, pese a su magistral fotografía y a la buena actuación de sus dos actores (de renombre en el cine español) Javier Cámara y Candela Peña.


Isabel Coixet nos muestra un relato con diálogos bastante recargados como para sostenerse en sólo dos personajes y un escenario en toda la película. La historia está situada en la futura España de 2017, aún en crisis, y cuenta el reencuentro de dos ex amantes que quedan para firmar unos papeles, de los cuales no se cuenta nada. A lo largo de la conversación entre ambos descubrimos que perdieron un hijo a causa de una enfermedad que no pudo ser curada por la falta de servicios sanitarios. Por esta razón, se entiende que el núcleo de la película se encuentra en una crítica social y política a la situación actual, la cual, de no cambiar, tendrá por consecuencia esa situación futura tratada en el relato.


"Ayer no termina nunca" se podría encasillar en ese tipo de películas en las que el espectador se aburre pero tiene la pequeña esperanza de que el final vaya a sorprender, pero que finalmente el final es un no-final, ya que no ocurre absolutamente nada: los personajes se van cada uno por su lado, igual que al principio de la película. No hay pasión entre ellos, no hay misterio y no hay coherencia.


Es una historia bastante floja, narrativamente hablando, con un personaje medio-bipolar (Candela Peña) como consecuencia del trauma de la pérdida de su hijo, y una relación entre ambos personajes que podría calificarse como bizarra e irreal. Esto sucede cuando al personaje medio-bipolar le acompaña un personaje sin casi profundidad psicológica ni complejidad narrativa.


En definitiva, es una película ni siquiera recomendada para los fans de Isabel Coixet, ya que parece que la directora perdió el rumbo de su estilo cinematográfico desde películas como "Mi vida sin mí" o "La vida secreta de las palabras".


Eso sí, las personas que estén ansiosas de ver una película cargada de personajes (siendo generosa al decir esto porque hay solo dos) que hablan consigo mismos y que, en ocasiones, actúan de una manera incomprensible para todo aquel que no sea Isabel Coixet, les aconsejo que vayan a verla.

 
 
 

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