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ENTREVISTA a RAÚL ARÉVALO, por su actuación en MURIERON POR ENCIMA DE SUS POSIBILIDADES, de Isaki La

  • Writer: María Vaquero
    María Vaquero
  • May 10, 2015
  • 5 min read

Raúl Arévalo, en “Murieron por encima de sus posibilidades”, de Isaki Lacuesta.


- ¿Cómo se animó a participar en el proyecto? ¿Qué es lo que le pareció más atractivo?


Raúl: Isaki Lacuesta es un director al que admiro muchísimo y siempre me interesaron sus películas. Cuando me llamó para proponerme ésta, hacerla en cooperativa, sin cobrar… me interesó, pero cuando me contó la historia, por encima, en una llamada de teléfono de quince minutos, le dije que sí antes de leer el guión. Me interesó el espíritu del proyecto, me interesó rodar con él, hacer una película así. Y luego la sorpresa ha sido trabajar y conocer a gente así, trabajar con Iván Telefunken, con Jordi Vilches, con Albert Pla, con Coronado (que siempre he querido trabajar con él y luego he tenido la suerte de repetir). Pero lo maravilloso de este trabajo es que de repente dices ¿cuándo podría haber coincidido con Iván Telefunken o con Albert Pla? Somos de entornos totalmente diferentes y, que un trabajo te pueda unir durante dos semanas y puedas disfrutar de ellos y conocer gente nueva, son vivencias que se le quedan a uno y que nunca olvidaré.


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- ¿Cómo es rodar con Isaki Lacuesta? Los personajes en la película están llevados al límite, a nivel interpretativo, están conducidos a dar todo de sí mismos, a ser esperpénticos. ¿Cómo ha sido la dirección de actores por parte de Lacuesta?


Raúl: Pues teniendo muy claro lo que quiere. Tardamos dos años en hacer la película, hecha trozos, rodando cuando él tenía dinero para continuar el rodaje. Todo era muy caótico pero, a toro pasado, te das cuenta de cómo todo ese caos se lo llevaba a su terreno, cómo se mueve también en el caos. De repente, a lo mejor veía que no funcionaba algo que había escrito y lo cambiaba a última hora, te proponía otra cosa… El orden dentro del caos. Cómo un director tan inteligente como él y con las cosas tan claras es capaz de encontrar un sentido dentro de ese caos. Entonces, aunque lo vives todo como un tripi, como un viaje que dices, madre mía pero ¿y ésto?, te das cuenta cómo él estaba detrás controlando y dices ¡qué arte!, ¿no? Son de esas experiencias inolvidables. Cuando las películas son muy fáciles, bueno, nunca hay una película fácil, pero cuando dices ah, pues qué bien, ha sido todo muy relajado… luego son las que menos recuerdas. En cambio, las más difíciles, las más caóticas y las que más cuestan son las que se quedan ahí en la memoria.


- Al hacer la primera lectura de guión, ¿Cómo se planteó preparar y construir el personaje?


Raúl: Todo fue un poco a raíz de conversaciones con Isaki, porque no fue tanto trabajarlo yo por mi cuenta y llevar una propuesta, sino a través de conversaciones con él. Y claro, el proceso era tan largo que íbamos parando… ¿Para la próxima vez que te parece si…? Me proponía Isaki. Y luego yo le proponía… y así fuimos configurando un poco el personaje.


- Si los hechos expuestos en la película traspasaran la pantalla, ¿cree que utilizaría un plan tan loco, como el que se muestra en la película, para combatirlos?


Raúl: La película es muy catártica y muy extrema, no creo que ni yo ni nadie defendería, efectivamente, la burrada que hacen. Pero si que no es casual que, en momentos de crisis como éste, aparezcan películas tan diferentes, en todos los sentidos: Relatos Salvajes en Argentina o ésta aquí, son películas que entroncan con la sensación de indignación, de estar quemados todos como sociedad, a nivel colectivo. Y como yo considero que el cine, como arte que es, debe ser y es sanador, creo que la cosa no es que cojas una metralleta y te vayas a secuestrar al presidente del banco de España para pedir explicaciones… Pero, simplemente el hecho de poder tener esa fantasía, poder soltar toda esa adrenalina durante la hora y media – dos horas que dura la película, eso creo que es sanador. No es para que luego lo vayas a hacer, pero igual que en Relatos salvajes no vas a hacer como el personaje de Darín, ¡no vas a ir poniendo bombas! Todos hemos soñado en un momento dado, cuando de repente te putean en correos, en Hacienda, y piensas, es que ahora mismo reventaba la luna esta con un martillo. Está bien verlo en la película porque es liberador y catártico. Murieron por encima de sus posibilidades pretende esto, no animar a la gente a que vaya poniendo bombas (risas).


- ¿Cree entonces que es un acierto rodarlo en tono esperpéntico en vez de en tono de drama?


Raúl: Yo creo que es muy inteligente, al igual que en las películas de Berlanga, que hacía un retrato perfecto de la época de la posguerra o del franquismo en España, o de cómo éramos los españoles en aquella época, pero usando la comedia. Contarlo desde la comedia más esperpéntica tiene algo más liberador, más interesante; no deja de ser cine, no deja de ser arte, no deja de ser entretenimiento y me parece maravilloso, porque sino ya ves la tele todos los días para saber lo que ocurre aquí a diario. Hacerlo así y hacerlo a través de la risa me parece lo más interesante y lo más necesario para sobrellevar y para superar este momento.


- ¿Ha pensado que llegue a producirse una situación real en España que iguale o supere en locura a la representada en la película?


Raúl: Pues mira, si no ha pasado ya, lo dudo. Pero si me hubieras hecho esta pregunta hace dos años, hubiera dicho… pues aunque lo diga con mucho miedo y me asuste tanto, a saber, podría ser. Pero, bueno, siendo anti violencia máximo, evidentemente, como creo que somos la mayoría, en un momento en el que peor no pueden ir las cosas y que no puede ser todo más patético, de corrupción y políticos y gente que nos representa (tan asqueroso todo), espero que unas elecciones puedan cambiar las cosas… Aunque a veces me sale el lado pesimista y digo, ya no va a cambiar nada. Pero dudo que alguien coja y secuestre al presidente del banco de España para pedir explicaciones (risas). La película es interesante porque, ya la verá la gente… pero al final tampoco se cambia nada, es un poco triste pero es la realidad que hay. Por mucho que hagas y por muchas revoluciones… tristemente, hasta el momento, es importante que vayan cambiando cosas, pero al final hay algo de un sistema que está tan asentado que es difícil cambiar su base.



*Entrevista realizada para la revista digital Sala 1.


 
 
 

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