ENTRE LA DANZA Y EL ENREDO. Crítica comparativa de "Gravity" (Alfonso Cuarón) y "All is lost" (J.C C
- María Vaquero
- Jan 22, 2015
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Si la danza trata de la ejecución de movimientos, en un correcto ritmo, que permite expresar sentimientos y emociones; "Gravity", la última película del mexicano Alfonso Cuarón, es uno de los bailes más brillantes detrás de la gran pantalla. Puede que sea por esto, entre otras cosas, por lo que este film le ha ganado la guerra a "All is lost" de J.C Chandor, una película difícil de desenredar.
Ambas películas narran la soledad, la supervivencia en un tiempo límite y la incapacidad que tiene el ser humano de ser y existir en un hábitat que no es el suyo. Pero la diferencia que hace que "Gravity" sea una coreografía atractiva reside en su bailarina Sandra Bullock, quien interpreta a una doctora que, durante 90 minutos, ríe, llora, grita, sueña, siente y nos hace sentir. Baila con su entorno una suave y dulce danza que no contempla mantener los pies en el suelo. Robert Redford, por el contrario, presenta su primer nudo en "All is lost" siendo una persona sin pasión, con una regulada experiencia en la navegación, que come legumbres en lata, lee libros y mira a la deriva. Seguramente Redford también baile, pero su baile es tan pequeño y oculto que a los espectadores no nos llega ni un ápice de movimiento; lo que hace que parezca un personaje programado para sufrir que no provoca preocupación en el espectador, cuando esto ocurre.

Pero como A no implica B, la interpretación de Redford, quien cuenta sólo con el apoyo de su barco averiado y el mar para contar una historia, llega a ser tan real como Chandor quiere que sea. Es por esto que "All is lost" consigue hablarte desde el silencio, el estatismo, el rostro de alguien que lo ha perdido todo. Este enredo que no deja ver con claridad quién es el náufrago y por qué es tan infeliz también nos supone un interesante reto que estamos dispuestos a superar durante el film.
Son películas semejantes desde el minuto uno: una pantalla en negro con un texto que indica la distancia que hay hasta la civilización; la voz en off del protagonista que nos va dibujando palabra a palabra su propia existencia; y una representación visual del paisaje (el cual actúa como un gran escenario). Es de destacar que el paisaje es representado formalmente con las características del propio hábitat: "All is lost" está cargada de cámaras al hombro y un rápido montaje que hacen que quedemos enredados con el protagonista y su agonía en un viaje marino de lo más aburrido; mientras que "Gravity" nos muestra la historia a través de lentos travellings y 'zoom outs' con una cámara que parece no tener gravedad mientras ensalza la inmensidad del espacio.
Tanto "Gravity" como "All is lost" son películas cómplices que consiguen que los espectadores nos subamos al tren del miedo, el aislamiento, la locura y, en general, todo tipo de aflicción sentida por los protagonistas en situaciones tan desesperadas. Situaciones interesantes, a la hora de plantearse un film, por provocar transformaciones en los personajes que las sufren; convirtiéndoles así en filósofos que estudian su propia vida y su propia muerte.

Y mientras los personajes estudian su existencia, los académicos estudian sus historias dando como resultado diez nominaciones y siete Oscars para "Gravity", y una nominación para "All is lost". Este desenlace radica en que "Gravity" se crea como algo más que una película. Su rodaje en 3D hace que el espectador viva una experiencia extrasensorial, trayendo el espacio a las salas de cine, haciendo que sintamos la gravedad cero en cada uno de nuestros sentidos. Es difícil que una película sin prácticamente diálogos, que muestra una odisea de lo más rutinaria y que está condenada y nos condena a un final previsible, gane a una película que nos hace caer en una cápsula ardiendo a miles de kilómetros contra la atmósfera.
No es que la película de Chandor sea mala, sino que es una película que no se deja llevar. Si "Gravity" nos muestra un baile espacial del que nos hace partícipes; "All is lost" baila de la manera que el escritor Rodrigo Fresán resume muy bien en una de sus citas: "Bailar mal como sólo bailan mal aquellos que, mientras bailan mal, piensan todo el tiempo: estoy bailando... estoy bailando."
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